Monasterio de Montserrat
La comunidad actual está formada por unos ochenta monjes. Como en todos los monasterios benedictinos, los monjes de Montserrat dedican su vida a la oración, la acogida y el trabajo, siguiendo el lema de San Benito.
La oración marca el ritmo de la jornada monástica. Con ella empieza el día y con ella se acaba. Diariamente, además de la celebración de la eucaristía, los monjes se reúnen cinco veces para rezar (liturgia de las horas).
También disponen de tiempo para la plegaria individual y la lectura de la palabra de Dios o de otras obras espirituales.
De esta manera se busca crear un ambiente de oración durante todo el día.
La acogida. Uno de los deberes de los monjes benedictinos que prescribe la Regla de San Benito es acoger a los peregrinos que llegan al monasterio. Un peregrino es aquella persona que llama a la puerta con un espíritu de búsqueda interior. En el monasterio, los huéspedes reciben un trato especial y pueden compartir la oración y la mesa con los monjes.
El trabajo de los monjes es difícil de definir genéricamente por la diversidad de tareas que llevan a cabo. Algunos estudian teología, historia, filosofía; otros colaboran en diversas publicaciones, dan clase en la universidad, se dedican a la investigación o se encargan de la Escolanía, la biblioteca, el archivo, entre otras tareas.
También se llevan a cabo los trabajos necesarios para el buen funcionamiento del monasterio y el santuario: el mantenimiento del jardín, la gestión de la sacristía, la enfermería, la hospedería, etcétera.