Inauguración de la exposición 'Llegat fotogràfic' de Martí Gasull.
Dos creadores de la fotografía alejados y próximos en el tiempo
Fotografías de dos creadores que saben ver en profundidad una realidad inmediata que, preocupados por nuestros asuntos diarios, los demás no sabemos percibir. Capacidad del fotógrafo realmente creativo que, en momentos a menudo imprevisibles, sabe extraer materia artística de cualquier situación. Martí Gasull Coral y Martí Gasull Avellán nos muestran también en sus obras el paso de la acción que ha tenido el arte en el tiempo transcurrido de una generación a la otra. De los años anteriores a la guerra civil, cuando las vanguardias mantenían la ilusión en una transformación del arte y del mundo, a la modernidad difícil que se fue configurando en medio de las dificultades sociales y artísticas establecidas por la dictadura franquista y la recuperada democracia. Todo esto conscientes de que, en el momento de realizar una fotografía, la acción del fotógrafo está en parar el tiempo, pero de una forma más manifiesta que en cualquier otro arte.
¿Qué es lo que consigue el creador fotográfico con su trabajo, que puede parecer fácil y no lo es? Hacernos descubrir, por sorpresa, lo que creíamos conocer. En la fotografía queda muy claro un hecho que no siempre es apreciable en la pintura y la escultura: que la obra de arte parte siempre de la realidad para crear otra diferente, aunque pueda parecer que se trata de la misma. Porque la obra artística, en todas sus manifestaciones, es un hecho nuevo que nos abre a otro espacio.
¿Qué tienen en común Gasull padre y Gasull hijo? A mi parecer, que los dos parten del mundo que consideramos real, donde establecen sus referencias. Pero, si uno tiene como campo de trabajo la ciudad, sus espacios, sus habitantes y sus objetos, el otro centra su atención en el retrato. Gasull Coral, inspirado en unas vanguardias que llevaron a cabo una gran renovación en la historia de la fotografía, busca el juego de la luz y la sombra en las calles, espacios abiertos bajo un cielo de otoño o el humo de la máquina de vapor del tren, cogiendo por sorpresa lo que es más sencillo: un ángulo determinado de una casa, unas farolas, unos rincones humildes, unos niños que nos miran. Seres, cosas, situaciones que, por sorpresa, se transforman a nuestros ojos en otra cosa.
Los retratos de Martí Gasull Avellán no han sido hallados en espacios muy diferentes ni corresponden a personajes de cualquier campo, sino de unos ámbitos concretos: pintores, escultores y otros artistas plásticos, poetas, políticos. Y, por el hecho de que se trata de personajes reconocidos, estas figuras nos resultan, de entrada, más realistas. El fotógrafo, sin embargo, ha sabido profundizar en la visión de cada personaje y la sorpresa, la creatividad, se da en la manera en que ha expresado lo que tiene cada uno de ellos de más característico y diferente, de personal. Las fotografías constituyen una muestra del arte catalán de un largo periodo: de los que formaron parte de la primera generación renovadora que apareció después de la guerra civil, como los pintores Josep Guinovart y Joan Hernández Pijuan, a las generaciones siguientes, como Sergio Aguilar, Riera i Aragó, Madola. Y, con los pintores y escultores, un historiador del arte como Daniel Giralt-Miracle, los músicos Xavier Benguerel y Mestres Quadreny, los poetas J. V. Foix y Joan Brossa, o los artistas de otros países Kounelis y Christo.
Esta exposición, que corresponde a dos épocas diferentes, pone de relieve la distinta huella que cada momento histórico ha dejado en las colecciones de sus autores, Martí Gasull Coral y Martí Gasull Avellán y, por su calidad, constata lo que tiene el arte de permanente, de herramienta valiosa para el descubrimiento del mundo y de nosotros mismos.